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  Historia Virgen De La Encina
 

Monseñor antolín Vega de cela 08/09/2011

La Virgen de La Encina es la Patrona de la comarca de El Bierzo, (provincia de León, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, España) (fue coronada como tal en 1908). Su imagen se reverencia en la Basílica de Nuestra Señora de la Encina, en la ciudad de Ponferrada. Los bercianos sienten gran devoción hacia ella.

El Día de la Encina se celebra el 8 de septiembre y da nombre a las fiestas de la ciudad de Ponferrada: Fiestas de la Encina.
 

Monseñor Antolín Vega de Cela. 08/Septiembre.
La historia de la Virgen de la Encina navega inmersa en la insondable memoria de la ciudad de Ponferrada.

Una antigua y piadosa tradición representa a la Imagen de la Virgen de la Encina como traída de Jerusalén por Santo Toribio, Patrono de nuestra diócesis, en el siglo VI. Es una buena manera de explicar que el Misterio Cristiano viene de Palestina, de la tierra del Señor y que «la cosa empezó en Galilea». Una forma de conectar la devoción del Bierzo con los orígenes de la Iglesia. Y de vincular nuestra devoción en comunión con la Sede Episcopal de Astorga.

Es la misma narración histórica la hace aparecer posteriormente en un bosque, hacia el siglo XII, cuando los caballeros templarios encontraron su imagen en el hueco de una encina al construir su fortaleza. Son tiempos en los que la ciudad se está haciendo y el Camino de Santiago está especialmente vivo. El Obispo Osmundo ya ha edificado el puente que dará nombre a Ponferrada. La ciudad crece con la Imagen de la Virgen de la Encina y la devoción a la «Morenica» con una pequeña villa que va a más. Es la única parroquia que existe en el primitivo poblamiento y todos se fijan en ella. La devoción va integrando el crecimiento del disperso caserío y sus habitantes le rezan y la sacan en Procesión en los momentos difíciles de las pestes, de las cíclicas hambrunas que en ocasiones asolan la comarca, en las sequías que asolan los productos de la huerta y hasta para apagar algún terrible incendio que irrumpe el la villa.

En los inicios del siglo Ponferrada vivió un momento de esplendor y de progreso. Parece que la crisis de la filoxera que afectó a los viñedos se va superando con la emigración a ultramar, se comienza la construcción del ferrocarril, de las carreteras a Orense y a Asturias y atrás queda el aislamiento al que Ponferrada había estado sometida.

Mil novecientos ocho es la ocasión para la coronación de la Virgen de la Encina, que se celebra por todo lo alto. El cariño y reconocimiento de las gentes de esta tierra a la Virgen Morenica se afianza cada vez más. Acuden en romería a su Santuario para las fiestas de septiembre todos los pueblos del entorno. Hasta tal punto la Virgen de la Encina se reconocía ya como un símbolo comúnmente aceptado por todos los bercianos que viven en la comarca que en 1808, ante las barbaridades cometidas en la zona por el invasor ejercito francés, los bercianos reclutaron un tercio de voluntarios regulares para ir a la guerra y defenderse de ellos. A la hora de diseñar una bandera que les representase a todos aceptaron de buena gana un paño de seda blanca con una estampa de la Virgen de la Encina cosida en el centro.

De igual manera el Santuario de nuestra Patrona fue especialmente respetado y cuidado por los mismos comunistas de la ciudad en los días que precedieron al conflicto de la Guerra Civil de 1936 cuando algunos milicianos y mineros de Asturias quemaron la vieja iglesia de San Pedro y pretendían hacer lo mismo con la de la Encina. Esto sólo se consigue con el cariño y el reconocimiento.

Los posteriores años cuarenta, cincuenta y sesenta convierten a Ponferrada en una ciudad industrial que crece a pasos agigantados. Hay abundancia de agua, carbón, hierro y electricidad. Surgen la Minero Siderúrgica, Endesa, los embalses y canales y las obras atraen a vivir aquí a gran cantidad de familias emigrantes desde otros puntos de España. El año 1958 se señala como el momento de celebrar el Cincuentenario de la Coronación, de la concesión del Patronazgo de la Virgen de la Encina sobre toda la Comarca del Bierzo y de la Consagración de su Santuario como Basílica Menor. Los festejos fueron memorables y el entusiasmo cundió en toda la comarca berciana, donde se querían ya superar las heridas de la guerra para iniciar juntos una nueva etapa de la historia. Se organizó una Peregrinación de la Imagen por todos los pueblos del Bierzo que vibraron de emoción con los actos religiosos y sociales que ya entonces se organizaron.

Entre los muchos reconocimientos que la Imagen conserva existe una medalla que la Excma. Diputación de León entonces le concedió con el título de «Diputada Mayor». La verdad es que siempre he considerado este gesto como una exageración de la religiosidad popular y el nacional catolicismo tal y como se manifestaba entonces. Sin embargo he reconocer que nadie se la merece más que la propia Imagen de la Virgen de la Encina que ha peregrinado en 1958 por todos los pueblos y ciudades del Bierzo. Ella ha unido pueblos, voluntades, culturas, anunciando el mensaje del Evangelio de la Vida. Ha sido la madre quien ha aglutinado a hijos a veces rivales. En 2008 llegaron las celebraciones del Centenario de la Coronación y de nuevo la Imagen de la Virgen de la Encina salió por los Centros de Atención Pastoral de todo el Bierzo y los grandes Santuarios Marianos de toda la Diócesis de Astorga en León Zamora y Orense.

No han sido fiestas vacías sino llenas de mensajes de evangelización y valores que jóvenes y mayores han podido aprender a la hora de asumir con especial afecto el valor de un símbolo tan querido como lo es para todos la Virgen de la Encina, verdadero ADN religioso de los bercianos.

Festividad 8 de Septiembre







 


 
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